Lamentamos las molestias.
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“De pequeña mi madre luchaba conmigo para que de vez en cuando me pusiera algún vestido, y es que no me gustaban nada… Incluso el día de mi Comunión me lo quité en cuanto pude después de la comida para ir a jugar con mis amigos bajo la mirada de disgusto de mis madre. Ahora las cosas han cambiado… ¡y mucho! Los vestidos son un básico en mi armario y los uso casi a diario. Muchas veces mi madre me recuerda: “Quién me iba a decir cuando eras niña que después te gustarían tanto… Era una lucha diaria para que te los pusieras”. Yo le sonrío. Ahora me encantan, sobre todo los vestidos street , me parecen comodísimos y además los uso durante todo el año, en invierno me pongo unas medias o leggings por debajo y ¡solucionado!.”