Emerica Outlet
"Todo el mundo tiene una prenda, una pieza de ropa a la que tiene un cariño desmesurado, ya sea porque nos queda espectacularmente, o porque las circunstancias en las que llegó a nosotros nos marcaron. Ese es mi caso con mis Emerica Reynolds. Recuerdo cuando vino a visitarnos nuestra tía de Estados Unidos, a la que no habíamos visto nunca antes. Hablaba castellano con un acento raro, y vestía un poco distinto a lo que estábamos acostumbrados, pero se portó siempre muy bien conmigo y con mis hermanos y le cogimos cariño muy rápidamente. El día antes de irse me regalo ese par de zapatillas, que, aunque estén destrozadas y descoloridas, siguen en mi armario. Ahora que voy a visitarla, 10 años más tarde, quiero devolverle el favor; creo que entrare en el outlet Emerica de Atlas para comprarle un par de zapatillas a sus hijos; así, el ciclo seguirá para siempre."